Historia. Relación topográfica de Felipe II (año 1580)

En la Villa de Xadraque a treinta dias del mes de Diciembre del año del Señor de mil e quinientos e ochenta años, para averiguacion de lo contenido en la dicha Real instrucion e capitulos della, segun que Su Magestad Real lo manda que se haga e cumpla, parescieron Pedro Peres e Juan Peres, vecinos de Villares, aldea e juredicion desta dicha Villa de Xadraque, de edad que dixo ser el dicho Pedro Peres de setenta años, poco mas o menos tiempo, y el dicho Juan Peres de edad de cinquenta e ocho años, poco mas o menos tiempo, los quales habiendo sido preguntados por el tenor e forma de la dicha instruccion e capitulos della, sin les dexar de ler cosa alguna, dixeron e declararon lo siguiente, y en esta forma e manera:

1. Al primero capitulo dixeron: que ellos son vecinos del dicho lugar de Villares, el qual desde que nacieron siempre han visto que se ha llamado e llama, e nombra Villares, e que no saben la causa por que se haya llamado e llama ansi, ni tampoco saben que haya tenido otro nombre antes de agora sino solamente Villares.

2. A los dos capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares siempre a sido habido e tenido por lugar e pueblo antiguo, e que no es nuevo, e que no saben quien le fundo, ni quando se gano de los Moros.

3. A los tres capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares siempre a estado y esta e cae en la juredicion de la dicha Villa de Xadraque e no en otra alguna.

4. A los quatro capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares siempre e comunmente a caido e cae en el Reyno de Castilla y no en otro alguno.

5. A los cinco capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares no esta en frontera de ningun Revno estraño ni tampoco es paso ni entrada para ningun puerto ni aduana donde se cobren derechos algunos, e que de la raya de Aragon pueda estar como hasta veinte leguas, poco mas o menos.

7. A los siete capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares es de la juredicion de la Villa de Xadraque, la qual y el dicho lugar de Villares siempre han estado y estan por del Iltmo. Señor Marques del Ceñete e Duque del Infantazgo.

8. A los ocho capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares no tiene voto en Cortes, e ques de la juredicion de la dicha Villa de Xadraque, e a ella acude para las Juntas e repartimientos que se hacen y hechan por la juredicion e tierra de Xadraque.

9. A los nueve capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares, y esta tierra e comarca, cae y esta en el distrito e juredicion de la Villa de Valladolid, en quanto quando los pleitos e causas que en esta tierra pasan quando no van antel Señor, los pleitos e causas en grado de apelacion, van a la dicha Real Chancilleria de Valladolid desde la qual al dicho lugar de Villares ponen como hasta treinta y quatro leguas, poco mas o menos.

11. A los once capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares esta y es del Obispado de Sigüenza, desde la qual al dicho lugar de Villares ponen e ay cinco leguas grandes, o poco mas o menos, e que el dicho lugar de Villares ansi mesmo es de la juredicion de la dicha Villa de Xadraque, como dicho es, y es del Arciprestazgo de la Villa de Atienza, desde la qual al dicho lucar de Villares ponen tres leguas comunes, o poco mas o menos.

13. A los trece capitulos dixeron: que yendo desde el dicho lugar de Villares a la parte donde sale el sol, hay vn lugar, y es el primero, que se llama Gascueña, desde el qual al dicho lugar de Villares hay y ponen media legua pequeña, o poco mas o menos, e que se va por camino derecho e poco torcido.

14. A los catorce capitulos dixeron: que yendo desde la parte del dicho lugar a la parte del medio dia, hay vn lugar, y es el primero, que se llama Zarzuela, desdel qual al dicho lugar de Villares ponen e ay media legua poco mas o menos, e se va a el por camino torcido a la mano izquierda.

15. A los quince capitulos dixeron: que yendo desdel dicho lucar a la parte de donde el sol se pone, ay un lugar, y es el primero, que se llama Bustares, desdel qual al dicho lugar de, Villares hay vna legua comun, o poco mas o menos, e se va a el por camino derecho e no torcido.

16. A los diez y seis capitulos dixeron: que yendo desdel dicho lugar de Villares a la parte del Cierzo, ay vn lugar, y es el primero, que se llama Prádena, desdel qual al dicho lugar de Villares hay y ponen dos leguas pequeñas, e se va por camino derecho e poco torcido.

17. A los diez y siete capitulos dixeron: que la calidad de la tierra del dicho lugar de Víllares es mui fria, y es tierra de serrania, e montuosa e aspera, e ques tierra ansi mismo enferma.

18. A los diez y ocho capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares es abundoso de leña, e que es tierra que no ay ni se cria en ella cazas salbaginas, ecepto liebres, y perdices pocas, y muchas zorras.

19. A los diez y nueve capitulos dixeron: quel dicho lugar esta en las sierras del Rey de la Magestad, que podra estar el lugar de las dichas sierras como vna legua grande, o poco mas o poco menos.

20. A los veinte capitulos dixeron: que a un quarto de media legua, poco mas o menos, pasa el rio que se llama Vornova, e ques gran rio quando se ensaña, e que no es mui caudaloso.

21. Al veinte y vn capitulos dixeron: que en el dicho lugar de Villares no hay cosa alguna de lo contenido en el capitulo.

22. A los veinte y dos capitulos dixeron: que en el dicho rio de Vornova, a una legua del dicho lugar, esta un molino donde van a moler, el qual es de un Postigo vecino de Cogolludo.

23. A los veinte y tres capitulos dixeron: quel dicho lugar de Víllares es falto de agua.

24. A los veinte y quatro capitulos dixeron: quel dicho lugar de Villares es de pocos pastos, e tiene vna dehesa pequeña para los ganados voyales.

26. A los veinte y seis capitulos dixeron: que la tierra del dicho lugar de Villares es tierra de labranza, e se crian en ella algunos ganados maiores e menores.

28. A los veinte y ocho capitulos dixeron: que a seis leguas del dicho lugar de Villares estan las salinas que llaman de la Olmeda. Ver más →

Fotografías Fiestas Verano 2014

Fotografías de las fiestas de Villares de Jadraque, 2014. Fotografías cedidas por Santiago Somolinos.

Una reliquía – 1985

Villares Jadraque

La casualidad y un poco la suerte han dado conmigo en esta exten­sa comarca de vallejuelos que sirven de preludio a las faldas del Alto Rey. Aun a distancia se encienden al bajar los solecillos de junio cuando chocan con los techados pizarrosos de las parideras. Es un brillo argentífero que delata, en las lajas pedregosas de las lade­ras, la proximidad de las minas de plata. Casucas negras cada vez más a la mano. En el precipicio y en el alto comparten los tropelludos terraplenes las matas de jara y los roblecillos acabados de vestir. Baja un frío sorprendente de los picos nevados de Somosierra que obliga a enfundarse el jersey. El autobús de Pablo se la acaba de jugar por enésima vez librando las cuestas que sirven de balcón a las caprichosas corrientes del Bornova. El panorama que alumbra el descenso resulta sobrecogedor, temible, para quien, como el que estas cosas cuenta, se limita a cruzar por él de Pascuas a Ramos.

Al punto de apear en el empalme que abre las puertas de Villares, entra detras de mí el coche de línea. Pablo o Jesús, Jesús o Pablo, se pasean por estos parajes agrestes a diario, transportando viajeros que acuden de la capital o van a ella con espaciada asiduidad. En la parada de Villares se bajan un señor y tres jovencitas que, uno supone, vendrán a pasar el fin de semana. La circunstancia especial de coinci­dir además con los albores del verano, hacen que el autobús de la sie­rra suba hoy con un cargamento desacostumbrado. Pablo, el conductor, me lo explica desde la ventanilla.

– La mayor parte son chicos de estos pueblos que vienen del colegio. En vacaciones hay más movimiento que de ordinario.
– ¿Cuántos años llevas en la misma ruta?
– Por aquí, exactamente veintiséis.
– ¿No os da miedo andar por estas carreteras?
– Ya no. Se acostumbra uno a todo. Ahora esto es una autopista.

Un abuelo bajito, con boina y ojillos medio llorosos, remueve los surcos en un cercado de tierra oscura que hay por encima de la carretera. Es un anciano simpático y bonachón, de los que no se resignan a permanecer mano sobre mano catando a diario como los de su edad el sol de la esquina. Luego me diría que se llama Miguel. Ver más →

Villares de Jadraque

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Villares de Jadraque se asienta en la comarca de la Serranía de Guadalajara, bajo la falda sur de la Sierra del Alto Rey. Por su ladera discurren numerosos arroyos y chorreras que riegan el entorno de la localidad y que han horadado, con el paso de los siglos, profundos barrancos y fértiles valles.

Se trata de un pequeño pueblo cargado de historia, en cuyo término quedan aún minas de plata abandonadas, vestigios de lo que fuera una próspera industria ya explotada por los romanos.
Tras pertenecer al Común de la Villa y Tierra de Atienza, pasó a formar parte de la Villa de Jadraque. Durante el s.XV, ilustres personajes de la época como D.Gómez Carillo, cortesano del rey Juan II, el arzobispo D.Alfonso Carrillo de Acuña, y el Gran Cardenal D.Pedro González de Mendoza señorearon estos territorios.

En el s.XVI pasó a poder de los duques del Infantado, quienes lo mantuvieron hasta que se abolieron los señoríos en 1.812.

Su privilegiada situación, retirada de las principales vías de comunicación, ha mantenido a Villares a salvo de la afluencia masiva de viajeros provenientes de las grandes ciudades. Gracias a ello, este pueblo y sus gentes conservan la esencia y las tradiciones serranas, y ofrecen al visitante las enormes ventajas de un pequeño pueblo en el que puede disfrutarse de una gran tranquilidad en un entorno cargado de belleza y de contrastes.

Villares de Jadraque celebra las fiestas de:

  • Carnavales
  • Día de La Magdalena (Último Sábado de Abril)
  • Fiestas Patronales (último fin de semana de Agosto)

Patrimonio monumental

Iglesia Parroquial de Santa Librada

Esta iglesia románica data del s.XII, aunque hubo de ser reconstruida en el s.XVI. Consta de una sola nave a la que se adosa la sacristía, y su puerta en forma de arco es de fábrica de sillarejo, característica curiosa por ser muy poco frecuente en esta región. La iglesia presenta una hermosa espadaña orientada al poniente.

 

Ermita de La Magdalena

Esta pequeña ermita se ubica en la parte más alta de la localidad, desde donde se domina todo el casco urbano. Los habitantes de Villares, conocidos como serranos, acuden a esta ermita en Abril para celebrar la romería de La Magdalena.

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Fuente de dos caños Plaza Mayor y Fuente Vieja

Esta bella fuente de 2 caños preside la Plaza de Don Andrés Llorente Llorente, nombrada así en honor al personaje que dotó al pueblo de agua potable en el año 1897. Sus agua cristalinas provienen de un manantial situado en la ladera de la montaña.

 

Antigua Fragua

Constituye un pequeño museo en el que podemos observar la maquinaria de la fragua y decenas de herramientas utilizadas antaño para fabricar las piezas de hierro usadas en los oficios ganaderos y agrícolas.

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Nuestro entorno natural

La singular ubicación de Villares, a los pies de la Sierra del Alto Rey, así como la escasa influencia que la mano del hombre ha ejercido sobre estos parajes, ha permitido que su entorno natural se mantenga en un magnífico estado de conservación.

Villares está regado por el río Bornova, que vierte sus aguas al Henares, y por el rio La Vega, menos caudaloso que el anterior, asó como por numerosos arroyos como el de la Casa, el Regatillo o el de la Ceja. Los limpios ríos y arroyos que surcan la localidad están poblados por una exuberante vegetación de ribera, dominada por fresnos y alisos, así como por valiosas especies de peces.

Los robledales y otros bosques que proliferan en el término de Villares resultan un excelente hábitat para la fauna, siendo abundantes las especies de caza mayor como el corzo o el jabalí. Pese a ser muy difíciles de observar, las huellas y excrementos dejan constancia de que otros muchos mamíferos, como son el zorro, la garduña o el gato montés, habitan aún estos montes en total tranquilidad.

Asimismo, la proximidad de la Sierra del Alto Rey posibilita la presencia de numerosas especies de aves, entre las que destacan por su vistosidad las grandes rapaces. Halcones peregrinos, águilas reales, buitres leonados o alimoches son fáciles de divisar mientras surcan estos parajes en busca de alimento.